Kaylani Lei ama a su entrenador Ricky Johnson y no permitirá que nada se interponga en su buen entrenamiento, ¡ni siquiera su molesto marido! A Kaylani no le importa besarse con Ricky delante de su marido, especialmente si eso significa quemar algunas calorías extra. Después de montar a Ricky en el sofá, Kaylani decide que es hora de refrescarse y lleva a Ricky a la ducha para acabar con él.