Debido a que el tren tuvo problemas, los dos tuvieron que quedarse en el hotel. Habiendo estado interesado en María durante mucho tiempo, esto parecía una oportunidad divina para Takeda. Él avanza y se hace cargo de María. Aunque no podía hablar, María apenas resistió a Takeda. Poco a poco, el placer sexual que le brindaba Takeda hizo que María ya no se preocupara por su novio. Se entregó a un placer sexual que nunca antes había conocido. Los dos continuaron divirtiéndose toda la noche hasta la mañana siguiente a pesar de que el novio de María estaba en casa esperando ansiosamente su regreso...